30-08-2011

tu persona es una fuente de inspiración donde mis palabras quieren brotar como las flores en primavera. tu cuerpo es merecedor de las caricias más suaves y tiernas que nacen de mí, tu rostro posee una luz comparable con el semblante solar. tu boca de cuando en vez me pide que me acerque a darle los besos más osados y amorosos que viven en mí (y en ti tal vez) esperando ser consumados.

Hojas otoñales.-

ya no hay más azul del cielo
ni cariños veraniegos
ya no hay besos que sepan a miel

ya no quedan más caricias
sólo tímidas sonrisas
ya no encuentro placer en tu piel.

son las hojas
otoñales
en el aire
multiplican
se replican
en el alma
y esta calma
rectifica
que lo nuestro
ya murió.


(sujeto a modificaciones)

ojitos.-

El marrón y la profundidad de tu mirada son un knockout a mis sentidos, logrando un corto circuito a mi control. Me pierdo. Me hipnotizas. No entiendo. Me incitas. Me encantas. (me excitas). Y es aquí cuando siento el deseo inminente de que la vida se termine y yo esté mirándote a los ojos.

árbol.-

Eres como el árbol renaciendo en verano, vital y fuerte, donde siento la confianza plena para aferrarme, donde puedo sentir de cerca el frescor de la brisa, y el charco adyacente quite mi calor y refresque mi sentir.
Eres como el árbol donde quiero estar el día entero. Y la vida.
Eres como yo quiero.

dónde estás? ah ya me acordé.-

El hecho de que los días en que tu silueta se ausenta de mi andar transcurran con prisa, causa en mí una suerte de inquietud adolescente para que reaparezcas como el ave fénix en mi vida. No son días muertos, son días de pausa donde mi alma canaliza el sentimiento presente, evoluciona a algo más sano y hermoso.

19-08-2011

entre tu retórica y mis rubores salgo perdiendo siempre. y es que te vas a la segura cuando miras a mis ojos fijamente, es un jaque mate en el que tú ganas la partida. y es más simple de lo que parece, porque sobran un par de mis acciones, y faltan momentos, ganas y convicción. muero por darte mis caricias que de forma tímida se acercan a tu persona, a la vez que me abandona la lógica y el control de mí misma, porque el sentimiento y el deseo se apoderan de mí.