19-03-2013

La costura en la que he convertido mis días.-

Trozada, pero no destrozada.
Ahora junto los retazos de mi vida, las rasgaduras que le hice a mis ropas. Es laborioso coser, enmendar.
A veces quisiera dejar de coser, está de moda andar con los vestidos rotos, sin embargo nunca me ha gustado mucho la moda. 
Quiero que este sentimiento no se esfume, que permanezca en mi corazón, así que antes de coser mis vestidos he estado cosiendo mi alma al corazón, esas puntadas de la aguja duelen cada vez, pero reparar y ver resultados bonitos da gusto, así que a seguir cosiendo.
Me gustará ver mi vestido armadito de nuevo, yo lo sé.