Duele sentirse estafada. Puede doler el bolsillo si la estafa fue por dinero. Puede doler el alma si la estafa fue por trampa. Puede doler el corazón si la estafa fue por decepción.
A mi me duelen las últimas dos. Ahora le haré caso a Chaquespeáre como dijo mi profesor de biología del pre.
Duele que te vendan una pomada milagrosa, cuando el efecto sólo era de placebo. Y yo la compré po. El famoso cuento del tío.
Al final las personas que hacen esas cosas medias callamperas les viene el sopetón de vuelta, si el karma es aliado de nosotros los buenos.
LOS VEO EN EL CIELO CORAZÓN!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario