He comenzado una terapia de abstinencia comunicativa hacia una persona en específico, la que tiene como materiales una libreta y un lápiz. Si quiero decirle algo a esta persona, en vez de llamarla para decírselo, se lo escribo a la libreta y la intención comunicativa ya está ejecutada.
Ayer llevé a mi madre a carretear a Subida Ecuador en Valparaíso, y si no hubiese sido por el Fluconazol, me compro una chela. Para la otra.
Hoy comí mucho durante el día y me reí a carcajadas en el bus.
Primera vez en la universidad que me desocupo en la primera quincena de diciembre.
Hoy retomé mi diario de vida.
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