ideas sueltas de un viaje en tren.-
*El atardecer lúgubre con aroma a frío y sensación como cuando el vino está en la boca —amargo, intenso, ácido y sereno—, con destellos fulminantes y sonidos progresivos, acompañado del sentimiento de tener que llegar a coser las ropas de mi existencia, a saber que están todos los instrumentos dispuestos.
*Hay dos ojitos que me vienen iluminando como un faro, me hacen sentir amor de ese fraternal que se guarda en el corazón por los hijos que vendrán.
*Las piernas encogidas están dando alerta de que los años no pasan en vano, y que —si bien— han sido pocos, vienen a decir que están en el cuerpo (porque por la mente no se atreven a pasar).
*Parte de este amor se queda de donde vengo.
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